Apareces para irte de nuevo.
Maldito seas!
No me pude alegrar más cuando llegaste a mi.
Eras lo que necesitaba en aquel preciso momento.
Sabes? Siempre me acordaba de ti cuando me sentía débil.
Incrédula, respondí tu mensaje pensando que quizás la vida nos daba otra oportunidad.
Ahora, me doy de bruces con la realidad. Te has convertido en un recuerdo... de los amargos.
Ni perdiendo la memoria conseguiré desprenderme de ti.
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