Lo quiero. Lo odio.
Quizás no es la persona con la que debería compartir mi vida.
Lo dejo. Volvemos. Estamos bien.
Lo estropea todo... de nuevo. Siempre igual.
No quiero dejarlo. Lo hago.
Después me arrepiento.
Me dejo querer.
Volvemos a volver después de haber vuelto mil veces antes.
Y al final el tiempo, la vida, el día a día... me demuestran que no es la decisión acertada.
Lo de él es ir de error en error.
Lo mío es ir de perdón en perdón.
Y dice que me quiere...
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