Fue increíble darme cuenta de que a pesar de estar segura de que mi corazón era una piedra, que mi coraza era muy muy consistente y que nadie conseguiría que me importase... tú, tú lograste lo imposible.
Me regalaste poco más de 2 meses llenos de buenos momentos, de alegrías, de lágrimas de felicidad y de dolor por nuestro pasado, de confidencias, de risas, de tonterías, de canciones... De taaaantas cosas que me va a costar taaaaanto olvidar!
Nos contamos nuestra vida. Nos aburrimos el uno al otro recordando nuestras historias y siempre lo hicimos con buena música de fondo. Cada vez todo iba a mejor y yo sentí la necesidad de hablarle de ti a una amiga, quería que dejases de ser un secreto e ir convirtiéndote en alguien real. Daba pasos hacia ti, pasitos muy muy pequeños, tan pequeños que si los hubiese ido marcando sobre el suelo necesitaría 5 días para notar el avance. Iba con pies de plomo, pisando muy firme y sin perder el equilibrio hasta que de la forma más tonta apareció ella y mi mundo contigo se vino abajo, yo me vine abajo.
Leí y releí nuestra historia, los comienzos, el final y en ningún momento encontré nada que me hiciese pensar que éramos 3 pero esa era la única realidad, en esa ecuación sobraba yo... ¿o quizás no? ya me haces dudar!! Lo que si sé es que aunque te siga considerando alguien muy especial para mi, tú ya no eres el mismo chico que hace una semana respondía a mis preguntas utilizando títulos de canciones porque no sabía que decir. Ahora te has convertido en otra persona, en otro fracaso para mi frágil corazón del que sólo quedan pedazos.
Y fue bonito mientras duró y fue duro cuando se acabó.
